1.928

Mercedes Manzanedo Arteta, hija de Vicenta Arteta Zabala y Dionisio Manzanedo Gutiérrez, nació en Plentzia el 18 de octubre de 1928. Durante los primeros años de su infancia, Mercedes vivió en una casa de la calle Goienkale hasta que, tras la muerte de su hermana Rosario, la familia decidió trasladarse a otra vivienda para no tener que hacer frente cada día a esos recuerdos tan amargos. Por tanto, en 1938, la familia se trasladó a una casa de la calle Barrenkale, inmueble en el que actualmente Mercedes continúa viviendo. Mercedes estudió en la escuela ubicada en el Astillero de Plentzia y, desde muy pequeña, simultaneó los estudios con trabajos que aportaban pequeños ingresos a su familia: además de cuidar a niños y niñas, hacía los recados que le encargaban las hermanas Fullaondo. Principalmente, repartía a domicilio la ropa planchada por las hermanas Fullaondo en su establecimiento.

Más adelante, comenzó a trabajar en la churrería que abrieron sus padres. Tras morir el padre de Mercedes, en 1946, su hermano Florencio se hizo cargo de la churrería y Mercedes continuó ayudándole con el negocio hasta que tuvo a sus hijos. Cuando tenía alrededor de 26 años, en una de las fiestas que se organizaban en la Plaza del Astillero de Plentzia, a Mercedes le sacó a bailar Iñaki Ondarra, su futuro marido. Iñaki y Mercedes se casaron después de tres años de conocerse, en noviembre de 1957. Fruto de este matrimonio nacieron Iñaki, Alberto y Jon. Iñaki era marino y trabajaba en el barco de una compañía con puerto en Barcelona. Desde allí solía viajar a destinos tan lejanos como Nueva York o La Habana. Años más tarde, le cambiaron de puerto y estuvo trabajando en el de Santander y Valencia pero, como continuaba realizando viajes de largo recorrido, seguía pasando mucho tiempo lejos de la familia puesto que tan sólo tenía un mes de vacaciones al año. Ante esta situación, Mercedes aprovechaba las temporadas en las que Iñaki trabajaba en el puerto para ir a visitarle. En 1974, cuando Iñaki se encontraba de vacaciones y tan sólo le faltaban un par de días para incorporarse al trabajo, le llamaron desde la compañía en la que trabajaba como cocinero y le dijeron que se tenía que incorporar inmediatamente a su puesto de trabajo ya que iban a ‘inaugurar’ un nuevo petrolero. Al de pocos días, cuando Iñaki se encontraba en Ferrol de Caudillo, en A Coruña, después de cenar se empezó a encontrar mal y murió a causa de un infarto el 10 de octubre de 1974, a los 50 años.Mercedes enviudó con tres hijos de 7, 11 y 15 años.

Consciente de que debía empezar a trabajar por cuenta ajena para ganar un jornal que le permitiera hacer frente a los gastos de la familia, comenzó a buscar trabajo. Por aquella época, su hermano Florencio ya había cerrado la churrería de sus padres y trabajaba en el sanatorio de Gorliz, por lo que le comentó a Mercedes que en el sanatorio había varios puestos de trabajo libres. Sin embargo, a Mercedes no le convenció ninguno de estos puestos porque le iban a obligar a estar muchas horas fuera de casa y no podría hacerse cargo de sus hijos. Tampoco veía factible la opción de dejarlos con su madre, Vicenta, ya que era demasiado trabajo para una persona mayor. Por todo ello, Mercedes prefirió seguir buscando un empleo que no le ocupara tantas horas al día. Asimismo, a Mercedes le ofrecieron empleos en distintos bares de la Villa, pero en esta ocasión fue Vicenta quien le convenció para que esperara un poco más de tiempo antes de empezar a trabajar y, así, poder recuperarse del fallecimiento de su marido.

En aquellos años estaban construyendo el consultorio médico en el Astillero, en los bajos del Ayuntamiento de Plentzia, y Mercedes se acercó al Ayuntamiento para preguntar si les hacía falta personal. Aunque le respondieron que, en el caso de necesitar alguien se pondrían en contacto con ella, al de unos días de abrir el consultorio no contactaron con Mercedes. Por lo tanto, continuó buscando un empleo hasta que un día la secretaria del Ayuntamiento fue a buscar a Mercedes a su casa para pedirle que pasara por el ayuntamiento. 

Al llegar allí le informaron de que, dada la situación que estaba atravesando, le habían dado un puesto de trabajo. En un principio, Mercedes trabajó en el consultorio como limpiadora, y, poco tiempo después, el Doctor Canales le pidió que trabajara en recepción atendiendo al teléfono. No obstante, al darse cuenta de que Mercedes era una mujer muy inteligente, el doctor no se conformó con que ocupara el puesto de recepción y le pidió que fuera su ayudante. Así, Mercedes aprendió a realizar recetas y todo lo necesario para atender a las y los pacientes. Con el tiempo, el consultorio se fue haciendo más y más grande y contrataron los servicios de otro médico, el Doctor Ercoreca. Mercedes también se convirtió en su ayudante por lo que sus horas de trabajo aumentaron ya que tenía que atender a las y los paciente de ambos médicos. Además, como el Doctor Ercoreca no conocía la zona, Mercedes le acompañaba cada vez que tenía que hacer una visita a domicilio para poder indicarle el camino. Mercedes estuvo trabajando en el consultorio médico desde los 47 hasta los 65 años.

Recuerda que le gustaba mucho ese empleo ya que trabajaba cerca de casa y disponía del tiempo suficiente para hacerse cargo de sus hijos y de las tareas del hogar. Además, afirma que le encantaba el trabajo que realizaba y que, de haber nacido en otra época, no dudaría en estudiar Medicina. Hoy en día Mercedes sigue haciéndose cargo de su familia, cuidándola, atendiéndola y ayudando en todo lo que está en sus manos. Es una mujer valiente, trabajadora y luchadora que hizo frente a todos los obstáculos que se le presentaron para sacar a la familia adelante. Además, es una mujer muy conocida y querida por todas las personas de la Villa.