1.903 - 1.998
Felipa Gobela de Barrenetxea nació el 23 de enero de 1903 en el caserío Junkeras de Plentzia, en el seno de una familia trabajadora y ciertamente acomodada para la época.
El caserío Junkeras o finca Junkeras data su compra del año 1864 donde Asensio de Barrenetxea, tras hacer fortuna en “las Américas”, concretamente en varias ciudades chilenas muy en boga en aquellos años como Valparaíso y Santiago, regresó a su tierra natal Euskadi y compró un edificio de caballerizas y una serie de campos y montes ubicados antes del núcleo urbano de Plentzia, al lado de la ría Butrón.
Fruto del matrimonio entre Asensio de Barrenetxea y Felipa Esesumaga, nacieron varios hijos e hijas entre las que cabe destacar a Isabel de Barrenetxea, heredera de las propiedades de sus padres, que se casó con Juan Gobela Ibargurengoitia, natural de Maruri. De este matrimonio nacieron cuatro hermanas: María, Felipa, Manoli y Juana. Debido a las precariedades de la época, hambruna, falta de alimentos básicos, escasez de dinero entre las familias del pueblo etc., Juan e Isabel, que contaban con alimentos suficientes debido a la labranza y al dinero heredado y ganado con el trabajo, se comprometieron con muchas familias de la Villa de Plentzia para, una vez a la semana, darles de comer en su casa y debido a este hecho, la familia Gobela-Barrenetxea acogió como hijo a Saturnino González.
Muchas familias de Plentzia quitaron el hambre en Junkeras y hoy es el día en el que nietos y nietas e hijos e hijas de estas personas paran por la calle a las y los descendientes de Juan e Isabel para recordarlo y darles las gracias.
Es de mencionar el hecho de que una familia del pueblo, desde el día en que fallecieron los padres de Felipa y hasta la muerte de la misma, todos los días acudían al Campo Santo de Plentzia para poner flores y para cuidar las que ya estaban colocadas en gratitud por haberles alimentado en tiempo de necesidad.
Felipa, al igual que sus hermanas y hermano, recibió educación escolar en casa, que lo combinaba con los quehaceres diarios del caserío como eran la labranza, la vendeja, el cuidado del ganado y la agricultura en general.
Debido a que las labores del caserío requerían mucha dedicación, contaban con la ayuda de unos siete u ocho criados y dos o tres “muchacas” que les ayudaban por un lado, a la labranza y por el otro lado, al cuidado de la casa y de los invitados.
Asimismo, cuando llegaba la época de los mercados y ferias, Felipa acudía junto a sus hermanas y unos cinco criados a las ferias agrícolas y ganaderas que se celebraban en Bilbao y en Portugalete a vender la vendeja. Este acontecimiento era digno de espectáculo ya que ninguna carretera desde Junkeras hasta la estación de ferrocarril o tren de la Villa estaba asfaltada, así que bajaban todo el género o bien en gabarra a través de la ría o bien andando por caminos de barro y tierra.
En el año 1922, habiendo conocido a Juan Fano Olea, natural del caserío Mediko-Etxe de Urduliz, contrajeron matrimonio. De este enlace nacieron Isabel Fano Gobela (1926-2011), Carmen Fano Gobela (1928-1971), Olvido Fano Gobela (1929), Juan Antonio Fano Gobela (1930-2008) y Luis Fano Gobela (1934).
La descendencia del matrimonio recibió enseñanza escolar y, al igual que hiciera su madre en su juventud, ayudaron todo lo que pudieron en las labores del caserío.
En el transcurso de la Guerra Civil Española en Euskadi (1936-1937), tanto Felipa como su marido Juan, junto con sus hijos e hijas, acudieron a refugiarse y a proteger el ganado de los ataques del bando nacional (franquista) y de algún que otro bombardeo que sufrió Plentzia por parte de la aviación italo-fascista, a los montes de la zona minera de Bizkaia. Varias hermanas de Felipa y sus padres se quedaron junto con sus familias en Junkeras, cuidando y guardando que las propiedades no sufrieran saqueos o expolios.
Al fallecer los padres de Felipa, las cuatro hermanas y Saturnino (Turín), recibieron en herencia las propiedades del caserío y una cantidad de dinero para cada uno.
Felipa se dedicó a criar a sus cinco hijos y a ayudar a su marido en las labores de casa que, entre otras muchas tareas, incluía la repartición de leche por las viviendas del pueblo que así lo solicitaban.
Cuando Juan Fano contaba con 77 años, en el año 1975, falleció. Felipa quedó viuda con cinco hijos e hijas a los que cuidar, pero debido a que ya tenían una edad en la que se podían valer por sí mismos y que ya estaban casados y casadas, se dedicó a ayudar a su hijo Juan Antonio en la explotación agrícola y ganadera que en el año 1989 fundó en Junkeras. Esta explotación se convirtió en una de las más fuertes y prósperas de todo el conjunto de Euskal Herria, llegando a ganar consecutivamente 10 concursos de ganado y de belleza bovina celebrados en la Feria de Muestras de Bilbao (Itsaslur).
De este modo, gracias al prestigio y a la calidad de la leche que daban las más de 120 cabezas de ganado del caserío Junkeras, decidieron abrir una tienda, en la calle Erribera de Plentzia. En ella se vendían productos de todo tipo de animales de caserío y, por supuesto, leche fresca. La “Lechería Junkeras” adquirió fama en toda la comarca y, sobre todo, en Plentzia donde tanto vecinos y vecinas residentes todo el año como veraneantes acudían diariamente a hacer la compra.
Felipa se convirtió en famosa repartidora de leche de Plentzia, llegando a suministrar tanto a domicilios particulares, como a supermercados y a colegios.
Gracias al cariño y afecto que tanto la gente del pueblo como múltiples veraneantes de Bilbao le tomaron a Felipa, eran incontables las fiestas y meriendas que se solían celebrar en Junkeras teniendo a Felipa como anfitriona y a multitud de gente como invitada a pasar una agradable velada charlando y riendo.
Felipa falleció en la casa que la vio nacer, en Junkeras, el 18 de julio de 1998, con 95 años.